lunes, 22 de diciembre de 2014

Momentos en Navidad

En estas fechas tan importantes, me estoy dando cuenta de lo estresados que andamos. Y no creo que sea algo lógico. 
Comidas, panderetas, villancicos en los colegios, cenas con los amigos, cenas con los compañeros de trabajos, comidas, pescados, carnes, compras de regalitos, amigos invisibles, papas noeles, luces, jolgorio, enfados....
Me imagino al Niño Jesús en el establo, con ese dolor de su Madre durante el parto y ese AMOR, con el que llenó sus vidas.. y sobre todo, con esa PAZ. Y veo todo el ruido que hacemos durante estas fechas. Y solo pienso que sólo aquellos que encuentran esas PAZ celebran real mente la Navidad.






Porque la Navidad no es eseo que he mencionado anteriormente. Al menos desde mi punto de vista.
En estos días celebramos, o así deberíamos hacerlo, que el Niño Dios nace de nuevo. Nace en nuestro corazón, en nuestras almas. O asi debería ser. Y ese alma debería estar acojedora, preparada para recibirle realmente. Y nos olvidamos de eso. Estamos demasiado ocupados.

Intento que mis hijos entiendan esto. En el colegio les preparan bien, pero no sé si son conscientes de que hay algo, más allá de ver a su familia (que por suerte ya ven asiduamente durante el año), unas cenas y comidas especiales. Y es complicado, más allá de todo eso, que vean la Navidad como sólo la espera a los Reyes Magos.

No dejaré de intentar cambiar el punto de vista de la Navidad como algo sin sentido para que cada año cobre un poco más de sentido cristiano.




domingo, 19 de octubre de 2014

Sociedad limitada


  Hace algunos años, concretamente 11, junto con otro socio creé una empresa.
  Mi socio y yo no teniamos experiencia previa propia, pero si nuestras familias habían tenido también empresas que fueron fructíferas y nos enseñaron, en la medida de sus posibilidades, y de forma diferente, su experiencia empresarial. 

   



   Esta empresa se fundó hace, como he dicho 11 años pero fueron varios años antes cuando empezamos a preparar dicha empresa.
  La verdad es que fue un poco complicado saber qué tipo de negocio montar, pues ambos teniamos claro qué sector desarrollar pero cada uno tenía una visión particular de cómo llevarla a cabo. Lo cierto es que fueron años de negociaciones entre ambos, tiras y aflojas, pero teniamos algo claro: queríamos que fueres un negocio que perdurase en el tiempo, que diese dividendos y, sobre todo, que las bases estuviesen estipuladas de antemano para que no hubiese lugar a equívocos.
   Ambos creímos, y así lo seguimos creyendo,  que era importante este tiempo previo de sentar las bases de lo que sería el futuro negocio y que, de hecho, es la principal razón por la que algunas pequeñas y medianas empresas, al poco tiempo de fundarse, echan el cierre.
   Por supuesto contamos con que habría problemas no previstos, pero también sabemos que la unidad de la empresa hace que se solventen con reuniones en las que encontrar posibles soluciones.
  También sabemos que las fuerzas de ambos suman, pero a veces hay algún miembro que no tiene la misma capacidad que el otro y sabemos también cúales son nuestras misiones y obligaciones, lo que no quiere decir que uno eche la mano al otro en sus "deberes". Por ejemplo, mi socio se ocupa de la parte legal (el papeleo)  y económica de la empresa. De proveer de recursos económicos a le empresa. 
Yo me ocupo de la intendencia de la empresa, la logística. El dia a día. El almacen es cosa mía, por poner un ejemplo de mis deberes,asi como la administración. 

  Aunque, en un principio, era una pequeña empresa, en la que únicamente estábamos mi socio y yo, ya tenemos tres empleados de lo más eficientes. Obviamete al tener estos empleados, la empresa ha crecido y también el volúmen de trabajo. De hecho son estos tres empleados quienes más trabajo nos han conseguido, porque para conseguir trabajo son de lo más eficientes.

    Al tener mi socio y yo distintos puntos de vista, la verdad es que creo que poca gente debió apostar por esa empresa. No es solo una suposición, muchos amigos y familiares nos lo hicieron saber. De hecho, aún nos lo siguen comentando. Pero lo cierto, es que mi socio y yo estábamos seguros de que esta empresa debía crearse y poco o nada nos importó cuán de fiable fuese nuestra sociedad desde fuera, sabiamos que crearíamos, no algo grande, pero si algo bueno, como así lo sigo creyendo a tenor de los éxitos cosechados.


   Aún a día de hoy hay gente, pocos gracias a Dios, que siguen pensando que la empresa es quebradiza, que podría disolverse en cualquier momento. Mi socio y yo somos bastante intensos y a veces, gente que asiste a reuniones informales en la empresa, cree que nuestras discrepancias son excesivas. Tal vez si asistiesen a nuestras reuniones formales, en las que hablamos realmente de los problemas serios de la empresa, cambiarían de opinión. Pero son reuniones en las que no asisten ni siquiera nuetros trabajadores, pues consideramos que es esencial tener este tipo de reuniones, aunque sea muy de vez en cuando

  Hay algo más. Conozco muy bien a mi socio. Y por suerte, él a mi. Conozco su mirada, lo que quiere decir y casi cómo se siente antes incluso de abrir la boca. Aunque a veces él puede que me conozca mejor a mi, porque muchas veces tengo un problema en la empresa del que ni siquiera soy consciente y él me lo hace saber. 

¿Y no está celoso tu marido de que tu socio te conozca tan bien? No..... ese socio es mi marido, esa empresa es mi familia.




  Y asi seguirá la empresa porque nos queremos. No con locura, esto no tiene nada de locura. Esto es lo más cuerdo y lo más sensato que he hecho en mi vida, junto con convertirnos en padres.

viernes, 1 de agosto de 2014

Tomar perspectiva


  Uno de los mejores consejos que me ha dado mi madre es que cuando esté agobiada por el quehacer diario tome perspectiva.

  Si, pero ¿cómo?, ¿eso ayuda?, ¿cuando?. 
  Me explicaba que las amas de casa, siempre tenemos tarea, es algo que no acaba. Y que si nos centramos tanto en nuestra tarea, si además tenemos hijos, se nos va cerrando la mente, nos volvemos "cortos de miras", aparte de agobiarnos, frustrarnos y finalmente pagarlo con la familia, los amigos, o lo que es peor, con cualquiera que nos crucemos y al cual, le soltemos un bufido que cuanto menos, no entenderá.

  Yo reconozco que no tomo distancia a menudo. Me cuesta, no tanto tomar distancia, sino entender que tengo que tomar distancia. Mi familia me lo dice mucho eso de "¿por qué no nos dejais a los niños y os vais a dar una vuelta?". Lo que ocurre es que ni nosotros encontramos el momento ni ellos tampoco puedes decir que tienen una vida tan desahogada que están todo el día haciendo petit point, aburridos esperando que les deje a mis queridisimos hijos. Están si cabe, más agobiados que nosotros.


  En estos días, me han felicitado mucha gente por ser Santa Marta, mi santo. Y mi hermana mayor me decía que la pobre, Santa Marta, para una vez que sale en el evangelio y fue para echarle la bronca. Yo creo que era para explicarnos a las amas de casa que tomemos perspectiva, que pongamos las tareas del hogar en su justa medida, que no le demos más importancia de la que tiene.


  "Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas. Pero una sola cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada” (Lc 10, 38-42).






  Es complicado tomar perspectiva, porque como he comentado, el trabajo nunca cesa, siempre se ha de comer, recoger y adecentar el hogar, limpiar la ropa.. y los niños ¡pues es que deben comer todos los días!. Pero es absorvente el trabajo y repetitivo asi que de vez en cuando hay que parar, respirar. Tal vez no tenemos la posibilidad de irnos de viaje (eso no es tomar perspectiva, es tomar kilómetros), ni de irnos a cenar con nuestro marido (cena en la cual, como la mayoría de padres, acabaremos hablando de nuestros retoños). A veces simplemente es leer un rato, dar un pequeño paseo (si es a un bosque, parque, playa o montaña cercana mil veces mejor, pero son pocas las que lo tenemos a mano), oir una música, una canción...incluso ir un ratito a una iglesia, para estar tranquilo y oir, o no oir (se está tan bien a veces cuando no se oye NADA). Pero a veces es tan simple como abrir la ventana, respirar profundo y observar. Dejar de ver por un instante el neón de la cocina, o los gritos de los niños. Observar que ahí fuera todo sigue, dar gracias a Dios por lo que te ha dado, mirar y ver cómo todo funciona mejor o peor, pero que ahí está.


Mirar cómo pasa la gente con la calle, riendo, gritando, jugando... Yo creo que a menudo con eso es suficiente. Y respirar profundamente, oler la vida que es eso. 

Yo acabo de hacerlo y he recordado que antes, cuando no tenia familia dependiente de mi (lo que suele llamarse hijos), mi marido y yo paseabamos mucho, hablabamos mucho y callabamos mucho. Bueno, ahora también callamos pero porque nos ecantan ese ratito en el que no se oyen "papis ni mamis" y simplemente oimos el silencio. 

Asi que practiquemos ese tomar distancia, seguro que después de esos minutos pausados, el desorden y alboroto diario no nos parecen tan complicados de asumir.


  


viernes, 6 de junio de 2014

Conducir por la vida

 

Cuando ya tenía a mis dos hijos "mayores" y tras varios intentos frustrados de mi marido, conseguí sacarme el carnet de conducir. 
  No porque no lo necesitase antes..¡la de disgustos y malos ratos que me hubiese ahorrado si mi santa madre no me hubiese hecho tan floja y cabezota!.

  Pero me costó mucho; no sólo economicamente (por favor, cada vez que pienso lo que me costó me entran ganas de llorar). Me costó esfuerzo de tres personas. La primera fue mi profesor (que en paz descansa). Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia él. Nunca olvidaré su primera clase, sin apenas conocernos. Me subió al coche y me dijo
- Arranca y vámonos
-¿Eh?. Esto, espera, que apenas sé lo que es un coche
-Ah bueno, esto es el embrague, esto es el freno, cambio de marchas.. arranca.
 Asi meses y meses. Años y años. Pero en cada clase me daba lecciones, no sólo de conducir (muchas veces aún le "oigo" a mi lado como me diría "deja pasar, no te duermas, vigila.." sino de la vida, porque no sé bien de qué me enseñó más.



La otra persona es mi madre, que nunca se cansaba de decirme "no te preocupes, la próxima será" mientras me cuidaba a mis terremotos para que mi marido me llevase al exámen.

  Y por supuesto mi marido, que tampoco se cansó de que suspendiese una y otra vez y que me acompañaba una y  otra vez y justo el día que dejó de acompañarme.. aprobé. Pero también me ayudó en las cosas que no te enseñan en la autoescuela.
  Yo creo que muchas veces conducir es como el camino de la vida, te da lecciones. Y muchas veces nuestro estado anímico y mental se puede adivinar por cómo conducimos.
  También me acuerdo de  mi padre, que conducía mal, no le gustaba, pero en cambio todos los días cogía el coche para ir a trabajar. Asi que aunque la vida o lo que nos toque vivir nos dé miedo, pánico.. ¡adelante!. Asi era mi padre, un valiente.


  Por ejemplo: yo veo las rotondas y pienso que hay gente que no es clara, no dice por dónde va, no muestra su verdadero yo e invade el carril contrario, aunque nos den un buen susto. Otros en cambio no quieren ir por el carril que les corresponde porque les dan miedo los cambios. Y pueden estar dando vueltas a la rotonda mil veces. Pero no llegan a nada.

 Los resaltos son como los baches en el camino. Haberlos, hay. Hay gente que va acelerada y cuando llega al resalto-bache- frena. A veces no llegan a tiempo, se los "comen" y otras han de pegar mucho frenazo hiriendo el coche o lo que lleven consigo (familia, amigos, trabajo). Otros en cambio preveen que es una zona de baches y van a una velocidad moderada, calibrando los obstáculos y midiendo las consecuencias y la mayoría de las veces no les hace falta ni frenar, solo pasar por encima de ellos porque su velocidad era la idónea.

  Y las salidas...¿quién no se ha saltado SU SALIDA?. Hay que tener metas, orientación, perspectivas. Un ligero plan previo que no nos impida variar el camino según las circunstancias (atascos) pero sin perder el norte o la salida a la que queremos llegar.

Y el paisaje. Hay que admirar el paisaje, disfrutar de la compañía porque muchas veces en el coche es en el único sitio en el que podemos habla con cierta tranquilidad (el habitaculo pequeño es eso lo bueno que tiene). Bueno, esto no lo digo por experiencia al menos que los niños no vayan detrás, pero si es un buen sitio para hablar. De hecho en los viajes al cole es cuando mis niños muchas veces les cuentan sus cosas a su papi, le hacen exámenes sobre vertebrados y animales raros (con libro y correción por parte del profe). Le preguntan por su recién estrenado mundo futbolístico.





viernes, 23 de mayo de 2014

UNA MAMI DE EJEMPLO EN YOUTUBE


Me encanta ver videos en youtube. Es algo que me apasiona, de hecho creo que es un gran invento. Puedes encontrar casi cualquier cosa que busques.
El caso es que en esos momentos caóticos, hay veces que deseaba ver a una mamá que tuviese más paciencia que yo con mis criaturas (cosa sencillita), y que se organizase de manera más eficaz (todavía más sencillo, mi casa a menudo es un caos).

Pero claro, la clave en youtube es encontrar la palabra clave. Buscaba organizar el hogar y me aparecía publicidad de tiendas de hogar, buscaba cómo organizar una casa y me aparecia como medir los armarios.
Pues en esas andaba cuando apareció una palabra : VERDELISS (¿?). 

Descubrí a un matrimonio encantador, jóvenes (lo cual hace que me sienta aún mayor). Pero lo más ingenioso de sus videos es que sin pretensiones ni grandes medios logisticos, graban su dia a día con sus 4 preciosos niños. Toda una genialidad, porque siempre hemos sabido que el ejemplo es lo que educa a nuestros hijos. Con los adultos pasa lo mismo.

Estefi, la mami, es una chica que parece haber leido todos los libros sobre como educar niños felices. Sus niños son felices, educados e ingeniosos. No son mejores que muchos de los nuestros, pero se nota a través de la cámara que para sus papis son lo primero, y que simplemente por eso, son queridos.
Y ella no levanta la voz ante ningún desaguisado de sus hijos. Se la oye reir constantemente (prueba implicita de que no sólo le gusta lo que hace, sino que es feliz con su familia). 
Hace poco su niña pintó una mesa nueva en la que estaba la tele con rotulador estilo Picasso. Creo que no le quedó ni un detalle por pintar. Yo lo veía y pensaba "ahora al menos un grito soltará"- No señores, les entregó a sus niñas unos trapos (la mayor, que debía vigilar a su hermana, y como buena hermana, no hizo nada más que chivarse cuando ya lo había hecho como harian todos los niños), y les animó a limpiarlo. No les obligó con gritos, les animó con una frase "si hacemos algo mal, empleamos todo nuestro empeño en arreglarlo". Sabiduría materna pura. El caso es que las niñas estaban encantadas limpiando el mueble. Vamos, que si las dejan, le limpian el salón.

Veo a su bebé encantador y veo a sus hermanos que con sus cariños a veces se acercan peligrosamente a él, como hacian mis niños. Pero a mi me salía el "cuidado con el bebé"-. Ella no levanta la voz. De hecho, espera a ver si el agua llega al río, porque la mayor parte de las veces, sus hijos no le hacen "pupa" al bebé, simplemente le colocan una pulsera o le dan un beso sin mayores daños. 

Podemos leer libros sobre los niños y si vemos cómo educarles bien, a ellos les sale de manera natural. Asi que es un ejemplo a seguir.

Podría decir un millón más de detalles de estos papis, porque no solo quieren a sus niños, se nota un especial cariño y respeto entre ellos aparte de una conexión enorme.

Asi que lo siento por super nani, pero para mi es mucho más instructivo ver a mamás y papáscon tanto sentido común como Estefania y Aritz, a la vez que con todo el amor hacia sus hijos.

Ah, para acabar, diré que además esta mami tiene tiempo para contestar a todos y cada uno de los mensajes que los "fans" le enviamos, cosa que no  hace practicamente nadie en este mundillo de youtube.

Recuerden el nombre:  VERDELISS.


UN MUNDO POR DESCUBRIR



  El cansancio diario hace que la razón no actue como debe. Pero además de la razón, los sentimientos salen mal parados.
  Con mi bebé, el bebecito de la casa, crea un clima agotador en mis sentimientos. Eso y el calor. Hace que esté tensa y cansada hasta de vivir. Voy aguantando como puedo. Pero estos días parece que mi cuerpo se ha habituado a despertarse varias veces por la noche, o que el calor hace que se descanse mejor. No lo sé.
El caso es que me doy cuenta de nuevo de lo maravilloso que es tenerlo en nuestras vidas, como a sus hermanos.

  Ver su carita, sus ojos de ilusión mirarte para que le hables, le expliques, le ayudes, le  interpretes lo que necesita de ti. Y tener tiempo para ello es algo que poca gente puede o quiere disfrutar.
  De nuevo me topé con la cruda realidad de la maternidad en una mujer trabajadora. Fuimos a una tienda a comprarle ropa a mi hijo y la dependienta dijo que cúantos años tenía y que si no iba a la "guarde". -No, aún no, es pequeño y me da pena- respondí.
-Ya, la mía tiene seis meses. No supe que decirle y mi marido me "reprochó" haber sido poco sensible con esa madre que no podía disfrutar de su hija. Me sentí mal, pero no sabía que decirle porque en cualquier caso lo hubiese fastidiado más.

  Debe ser muy duro y doloroso dejar a los hijos en la guardería, para cualquier madre.
 No quiero imaginar lo triste que debe ser la jornada laboral.

  Pero también, a mi favor, diré que no mucha gente desea dejar de trabajar. -A mi me pasa lo contrario que a ti, que como les veo poco, estoy desando verles- me dijo otra mamá.
  También me sentí mal, porque pensé que me "quejaba" mucho de mis niños y parecía que no quería verles.
 Yo me quejo de que duerme mal y que no paran quietos. La vida de las mamás en casa tampoco es todo alegrías y ver a tus niños hacer monerías... hay que comprar comida, cocinarla, limpiar a duras penas la casa, lavar mucha ropa, planchar otra ropa, fragar platos, aguantar noches en vela y seguir tirando por la mañana, llantos, deberes, enfados, "no me gusta la comida". 
 He oído a mamás decir a no pocas mamis que deseaban volver a trabajar tras la baja maternal, o tras estar en el paro forzoso una temporada, porque en casa "les falta el aire". 



  Pues si, efectivamente, a veces falta el aire, porque es siempre las mismas tareas de la casa, siempre una vida algo monótona... pero yo no cambiaria ni un solo segundo ver los ojazos de mi niño mirándome y diciendome "mamiiiiii", o mi otro niño explicándome que ha visto un buitre en el cielo de mundo juguete, o el mayor con sus problemas para buscar palabras que se les ha olvidado poner en el diccionario.

Porque es como vivir la vida varias veces, sólo que desde una óptica diferente, la de cada uno de tus hijos.


ENDEREZAR UNA VIDA


  Son muchos los psicólogos, pedagogos, psiquiatras y educadores, que aseguran que la infancia es la parte más importante de nuestra vida sobre la que se cimenta nuestro futuro. Más aún, lo que llaman la primera infancia (los primeros años de vida). Es lógico, es la base del "edificio de la vida". Pero ellos se refieren a que una vida truncada en los primeros años, es dificil que se enderece. No imposible, pero digamos, complicado.

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  Lo malo, es que nadie nos puede asegurar que estemos educando bien a nuestros hijos. Me refiero a que, aunque tengamos la gran suerte de que no haya nada traumático en su vida (pérdida de uno de los padres o hermanos, divorcio o separación de los padres, etc.), nada ni nadie nos puede asegurar que lo estemos haciendo bien. Es una caja de sorpresas. Podemos ponerle toda intención y corazón en hacerlo lo mejor que pensemos, pero ni aún asi podemos evitar que nos salga el niño/a "rana".

  El modo de educar va variando con los tiempos. Antes se educaba de una manera más sobria, más seria y más distante (el padre y la madre eran los que mandaban y se obedecía sin más preguntas). Los hijos no tenian ni voz ni voto y la madre solía estar más en el hogar para ocuparse de los hijos. Tampoco había tanto divertimento ni falta que hacía.

   Ahora, se tiende a lo opuesto: los niños son, en parte, los que dirigen las familias y se hacen en parte amos y dueños. En parte porque las madres se incorporaron al mercado laboral y muchos niños maduran antes de tiempo en diversos aspectos porque pasan más tiempo en el colegio, con las consecuencias, tanto positivas como negativas, que ello conlleva. Ahora, aunque quedan restos de ese tipo de educación que parece que no ha dado buenos frutos, los padres queremos recuperar terreno que no siempre sabemos conseguir. En parte es debido a la crisis económica (las madres y padres no siempre tienen trabajo y pasan más tiempo en casa y con los hijos).

  En algunos paises europeos más desarrollados, se dan cuenta de que el hecho de que las madres no estén en casa con los hijos crea más problemas a la sociedad para el futuro (que son los niños) que el que haya menos mujeres trabajadoras. Vamos, que muchas veces, aunque parezca machista (cosa absurda), las madres somos más necesarias en el hogar con hijos, que en un puesto de trabajo. Por supuesto, muchas veces, la mayoría, no se puede elegir. Pero algunas veces si es posible, pero es más pesado para la mujer estar en casa que renunciar a un éxito social.

  Con esta exposición, no quiero aseverar que un niño educado con su madre en casa tenga más posibilidades de ser mejor persona en un futuro. De hecho, puede que sea justo al contrario. Lo único que pienso es que si la vida de un hijo necesita ser enderezada, es más probable que una madre que esté en hogar durante más tiempo esté más alerta y por lo tanto pueda detectar antes el "peligro" que una madre que está trabajando.

  Y una vez encontrado ese hijo que necesita ayuda, por la razón que sea, por nimia que sea, depende en parte de la pericia de los padres. Y ahí ya no hay diferencias entre una madre o padre trabajador fuera del hogar, aunque si hay algo que lo hace ma´s fácil: la unión  y el amor o cariño (de los padres) hace la fuerza.

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RAREZAS



  Mis niños pueden considerarse raros.  No mucho, sólo lo suficiente para traernos locos. Una de las cosas raras que tienen, que tal vez no lo sean tanto, es lo fijones que son. Los tres.

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  Diseccionan las cosas y observan tanto, que son capaces de memorizar todo. Lo observan, le sacan el jugo, analizan cada hecho y luego lo graban en sus pequeños cerebros. Además tienen una memoria tan extraordinaria como agotadora. Cuando crees que se han olvidado que les dijiste tal cosa hace tres meses, e incluso tres años, ¡se acuerdan!.
Mi hijo el mayor, se acuerda que en el año 2009 su papá se enfadó tanto con ellos que les saco del coche en el garaje y les dejó en la puerta. Se le quedó grabado a fuego y se lo recuerda a su padre cada poco tiempo. Claro que también recuerda que su papi es muy bueno pero que si le enfadan mucho mucho, lo recordarán (teniendo en cuenta que en sus 8 años de vida ha pasado una vez, no vamos mal).
  Otro rasgo característico y raro, es la forma que tienen de dormirse. Desde que son bebés tienen formas peculiares de dormirse. Por ejemplo, no se duermen y ya. No. Hay que moverles, pasearles y dejarles un rato con llantos, arrumacos y que ya les venza el sueño.
   Les venza y mucho, porque cuando ellos detectan que tienen sueño, aumentan la actividad para no notar el cansancio. Por ejemplo, mi peque da vueltas, anda todo lo que puede (claro, como está cansado y es pequeñín sus fuerzas flaquean y va dando tumbos, pero él sigue).
Y luego para irse a dormir, tienen que estar distraídos, para no notar que se están quedando dormidos. Y no es fácil distraerles, porque el sueño es una amenaza. Lo solución es darles algo raro como por ejemplo... un mando a distancia. Si, eso les distrae mucho de bebés, aunque no siempre funciona. Unas llaves de coche, la tarjeta de identificación de mi marido... Un osito no vale para nada.
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Mi hijo mayor tenía que dormirse con una pila de muñecos a su lado, todos tapaditos junto a él y la foto de su papi (como llegaba algo más tarde, pues a veces no le veía al dormirse y le echaba de menos). Yo creo que quería hemanos. Mi hijo mediano no tuvo demasiadas extrañezas para dormirse porque como él mismo explica a los adultos, él no daba guerra para dormirse, sólo sus hermanos. Él dormía muy bien. Se le olvida contar que dormía muy bien, pero comía fatal, eso si. Pero ya son iguales para dormirse, se llenan la cama de cosas, para estar distraidos un buen rato, como cuando eran bebés, para no darse cuenta de que se están quedando dormidos; llenan su cama de tantas cosas que a veces apenas pueden estirar las piernas. Pero les compensa.

VIRULANDIA



Como todos los años, no por estas fechas, sino durante todo el año, llegan los queridos y adorados viruses a mi casa.
¿Más habitantes? Mayor distribución bacteriana. Vamos que si antes tenían 2 cuerpecillos para hacer de las suyas, ahora tiene un nuevo cuerpecito apetitoso y "tan mooonoooo" (como dicen sus hermanos) para campar a sus anchas.
Y se ha cebado con el peque, ¡pero de qué manera!. Para aliviar el dolor y sobre todo la ignorancia médica de todo padre que se precie, los centros de salud, hospitales y clase médica pública, han decidido hacer huelga.
Si, que o estás grave o no te acerques.
Al principio yo iba con miramientos, pero mi marido que para eso no tiene el más mínimo corte, decidió que ya estaba bien de tonterías y que no podíamos estar 3 noches sin dormir y un niño con fiebre sin saber qué nombre tenía lo que le pasaba.


                    

Al final, despues de 3 días yendo a urgencias nos dieron un diagnóstico: adenovirus con otitis. Pues nada, otra lista más de virus. Cada vez tenemos una lista más grande.
Bueno, eso al peque. Mi medianito estuvo antes con bronquiolitis. Pensamos que era algo como una gripe sin más, pero tras 4 días hecho un asquito, nos dijo que le llevasemos al médico. La verdad es que no parecía tener sintomas graves. Salvo que mi niño, el que salta como una rana de sofá en sofá, corre por toda la casa, toca todo, saca todo y básicamente no para quieto ni durmiendo estaba tirado en el sofá pidiendo clemencia y soltando por su preciosa naricilla unos mocos más verdes que el árbol de Navidad que aún no he puesto.

Hace algún tiempo, una mamá experta me dió un consejo para lo de no liarse con los medicamentos cuando tienes varios niños: poner hojas en un sitio visible e ir poniendo lo que dabas.
Esta vez mi marido cumplió y puso también lo que les administraba él porque a estas alturas, dormiamos cuando podíamos y donde podíamos y al que le tocaba más o menos despierto, le tocaba darle a uno o a otro. Cuando ya había rellenado 5 folios con horas, antibióticos, inhaladores y demás y llevaba varios días maldurmiendo en el salón con mi bebé a medias estre sillita, a mi lado, sillita, etc. mi memoria se enturbió.
Llegó un momento en el que en mitad de mi sueño, mi marido me despertó susurrando "cariñooo ¿que si le has dado el antibiótico?" yo me desperté con igual aspecto que la Bruja Avería y le dije "si, no, no sé.... a lo mejor me lo he tomado yoooo".

                   


Pero por fin estos días parece que están acabando. Espero que se hayan inmunizado por lo menos, de este tipo de virus.

HORA PUNTA


  Al igual que los medios de transporte y carreteras tienen horas punta, los bares, restaurantes y cafeterias la tienen y es cuando más volumen de trabajo tienen, una ama de casa tiene varias horas punta.
   Suele coincidir en las horas en las cuales las amas de casa y mamás necesitariamos convertirnos en el inspector gadget y sacar gadgeto brazos para dar abasto. La hora en la que se van al cole por la mañana es la primera: con las legañas todavía pegadas, el pijama y el café a medias te piden calcetines que no aparecen, zapatos que abandonaron el algún lugar, y los dibujos animados que hacen que se atonten porque el capitulo es nuevo... Y el peque que sabe que está llegando su hora de "mamá solo para mi, mi primera siestecita del día". Y miras con horror cómo está quedando la casa. Un campo de batalla tiene más orden.

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  Otra hora punta es la hora de la comida. Ahí sólo hay que meterles prisa. Sí entiendo que deberían comer tranquilamente. Pero los que crearon el horario del cole no lo consideran igual, a no ser que se queden en el comedor. Nosotros solo tenemos una hora y media, incluyendo 20 minutos de ida y 20 de vuelta al cole.

El momento álgido es la hora de llegada del cole: meriendas, duchas, baños, preparar cena, cenas. Y siempre peleas: no quiero, espera un ratito, otro tiene sueño, hambre, ganas de jugar... Si, todo a la vez. Porque cuando uno no tiene que ir al dentista el otro tiene logopeda y si no, estamos cansados. Y yo soy de las que les acuestan a las 8 y luego ya que lean, hablen o jueguen en la cama.

  Pues es en esa hora cuando mi hijo mayor decide comentarme todo lo que le pasa por la cabeza. La suya. En la mia solo está lo que tengo que hacer, y qué inventarme de cena y que el otro encuentre un pijama. En esa hora, justo en esa mi hijo me viene a la cocina, donde cuento cacitos de leche para el biberon de su hermano- bebé suplicando ya su cena,  cuando me dice "mami, ¿cómo son tus ovarios?" "perdónnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn". "¿qué pasa, es que estamos dando la reproducción?" "Ya hijo ya, pero así, tan de repente. Después de cenar te lo cuento, cuando haya dormido a tus hermanos". 

Luego, obviamente, él se olvidó, yo me olvidé y pasé el testigo a su padre, que se lo contó en el parque. Menos mal que solo es el tema 1, no sabe mucho más de lo que debería saber y su inocencia todavía no hace preguntas que ponen un nudo en la garganta. De momento sigue creyendo, no ya en los Reyes Magos, sino en el Ratoncito Pérez... bendita inocencia.

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COMPETENCIA ENTRE MUJERES


"Cuando no se tienen ganas de escribir en tu blog, no escribas, no te fuerces" Es lo que recomienda una experta en blogs. Y mi problema no es ese, ni mucho menos. A mi me apetece, me gusta contar lo que se me pasa por esta mente, constantemente. Y me digo (por lo general en la ducha, que yo no canto, pero pienso mucho) "mira, esto puedo comentarlo en mi blog".

Mi problema no es ese, es encontrar el momento apropiado y, sobre todo, que se den las circunstancias apropiadas para poder escribir. Cosas tan tontas como que el ordenador esté cargado, mis hijos se hayan dormido o mi querido marido se pueda quedar con ellos "unos momentitos" como dice mi hijo, que es un tiempo superior a un momento y menor a un rato.
Y ultimamente, no paramos de celebraciones, "eventos" y rarezas diversas no previstas, que son las que más me gustan, porque no controlo mucho.
Pero he llegado y voy a intentar aprovechar los momentitos con varias entradas en mi blog.

Lo primero de lo que quería hablar es de un libro que recomiendo. Me lo regaló mi hermana mayor, y se llama "Los diez hábitos de las madres felices" de Meg Meeker. No he podido leerlo entero aún, en parte porque se lo dejé a mi madre que ella se los lee en una sentada y me lo ha destripado un poco. Pero lo recomiendo. La autoestima de las mamás, ya sean amas de casa o trabajadoras, saldra altamente reforzado.

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Una de las cosas que menciona es la constante competencia que tenemos las mujeres entre nosotras. Es algo de lo que no somos conscientes muchas veces, pero podemos comprobar si nos vemos con cierta objetividad.
Las revistas femeninas, en parte nos hacen competir, la sociedad nos invita a competir, pero sobre todo, lo transmitimos de madres a hijas.
Es curiosos porque mi madre me lo comentaba y me decía que ella ya había superado esa fase...¡Ja! Esa fase muy raramente se supera, podemos controlarla y luchar contra ella, pero a mi madre, que es una de las personas a las que más le gusta ir arraglada y monisima (cosa que me parece perfecta), le cuesta mucho no competir con sus hermanas, y sobre todo, comparar a sus hijas con otras hijas. Claramente tiene poco por lo que competir, porque tiene a los hijos mejores del mundo (orgullo patrio).
Pero es que es la realidad. EL mérito no es nuestro y está mal que yo lo diga, pero el mérito es de nuestros padres y de la gente de la que nos hemos rodeado. Y eso que yo he sido y soy de lo peorcito de la familia, porque me costó encontrar mi camino, estaba un poco escondido.
Pero las mujeres competimos constantemente, por ir arregladitas, monas, delgadas, morenas, con un corte de pelo que nos favorezca, un carrera buena, que de un buen trabajo, si éste es de responsabilidad, cúanto mejor, la mejor casa, la mejor decorada, el novio más salaó, más educado, más majete, con un buen trabajo, que sea buen padre, buen amigo, buen marido, que ayude en casa y con los niños, que cries bien a tus hijos, cuides a tu familia y amigos sin descuidar tu aspecto ni tu trabajo, por supuesto... ¡es agotador!.


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Cuando nos convertimos en madres, la cosa es todavía peor, porque competimos con nuestros hijos contra otros hijos (por supuesto, ninguno de los dos sabe que competimos con ellos y además les da absolutamente igual). Cúantas veces he oido comentarios del tipo "¡¡¿que tu niño ha dejado ya el pañal?!! Y al llegar a casa, ponerle al niño en el orinal y tenerle alli un buen rato a ver si hace lo que el otro niño. Por supuesto, tu hijo, que como todos tiene su ritmo, no solo no decide hacerlo en el orinal, sino que como premio a la cabezota y ridicula de su mamá, le deja el bonito presente en la alfombra del salón. No, no me ha pasado, pero me han pasado cosas semajantes por la tontería de competir. Ahora que con el tercero no compito tanto, no sé si soy más feliz pero ya me da igual el ritmo que lleve.

Y una de las cosas de las que habla el libro, es de que, por ejemplo, a tu hijo no le importa que tengas tipazo, porque el lo que quiere es que estés con él, te quiere como eres. Es el amor más incondicional que existe. Te quiere así, sin más ni menos.
Si dejamos de competir, empezamos a "pasar" más del qué dirán, seremos más felices. De hecho, las mujeres que aprenden a no competir, suelen ser mucho más felices, porque empiezan a disfrutar de lo que tienen, incluso de lo que no tienen.
Y es otra de las cosas buenas que tiene esta crisis medio mundial que nos aterra... no tenemos que competir, solo sobrevivir lo mejor que podamos, y no tenemos tiempo ni dinero para cosas accesorias, solo lo importante.
¡Que viva la no competencia!

De una madre bloguera a otra

De una madre bloguera a otra

 Hace unas semanas, a través de una mamá del cole llegué a un blog de una madre americana, que describía en dos "entradas" al blog lo que es mi  vida como madre ultimamente. 
 En una, los continuas riñas y gritos que les proporcinamos a nuestros queridos hijos con nuestras exigencias, que chocan con su mundo niño. Y en parte es debido a las distracciones que creemos importantes, como estar pendientes de un móvil, de una agenda, del trabajo, del ordenador. En mi caso, el movil y las llamadas, solo me quitan un poco de tiempo (excepto las llamadas diarias a mi madre, que reconozco, cada vez hago menos porque mi peque se pone celosillo y con razón).
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Pero lo cierto es que mis quehaceres diarios si son un horror. No me da tiempo, cada vez me organizo peor, no llego a nada y lo pago con mi peque, o con los dos mayores, que sólo quieren jugar, comer y que estemos con ellos todo el rato. 
Ya hace tiempo conté que para ellos el simple hecho de estar con ellos en el salón mientras ellos veían unos dibujos animados es motivo de paz y de alegría. Mi hijo mediano, amor en estado puro, me dice "mamiiii, que te quiero mucho, ¿te puedo dar un abracito?", mi peque animado por lo que hace su hermano, me repite como lorito lo mismo. El mayor, me cuenta de repente algo que le ha pasado en el cole, o algo de sus amigos, o historias que se les pasa. 
Muchos días de verano, es eso lo que hago: nada. O todo, porque para ellos es importante.
Y es que a veces, para ellos lo importante es que no tengamos nada que hacer más que estar con ellos. No que la lavadora esté tendida, la comida ya preparada o la librería sin polvo. Sólo que estemos ahí. Y es cierto que la vida diaria no nos da para más. Y no hablo de tiempo da calidad, tiempo de cantidad, cosa que me parece un tremenda tontería. Los niños necesitan tiempo. Yo creo que pocas son las madres que después de estar un día entero en una oficina, tienen planeada una actividad ludica perfectamente planificada para sus hijos y estén amables y dispuestos para ellos.
Desde entonces, intento no regañarles por no ser adultos, se simplemente niños, mis niños, y unos niños maravillosos, que me roban las fuerzas, pero que les doy encantada.

martes, 13 de mayo de 2014

Fútbol y Bob Esponja en casa.


  Cuando yo comento que tengo tres chicos en casa y el padre de los mismos, todos me miran con lástima... "pobrecilla, la tele en tu casa debe tener siempre fútbol". Hasta ahora, me había reido de esa creencia popular porque a mis cachorillos no les interesaba en lo más mínimo el fútbol. Y a mi adorado marido le decía con mucho cariño, como sólo la mujeres sabemos hacer, si no le importaba ver el partido en la tele pequeña de la cocina y claro, no le importaba.

Pero de unos meses aqui, sin saber cómo ni por qué, alguien debió "pinchar" a mi hijo con una inyección de "soy chico, debe gustarme el fútbol" que el 90% del tiempo lo dedica a pensar en fútbol y jugar (bastante menos) al mismo deporte.

Por supuesto mi hijo, como buen hijo, es del mismo equipo de sus papi y del que fuera mi padre (debe estar encantado viendo a su nieto ser un forofo de su equipo). El caso es que habla de futbol sin parar, le hace bajar al parque a su padre a horas no sanas a jugar el futbol (9 a.m. de un sábado, 15:00 de un domingo..) y lo peor de todo: ha aprendido tanto de futbol que yo no sé si viene en el ADN de los chicos y solo necesitan un chip para ponerlo en marcha. Se lo pregunté a mi marido, si le había enseñado él todo lo que sabe y me dijo que no, que eso simplemente se sabe, como las chicas sabemos qué colores van bien juntos o qué está de moda.

El caso es que mi hijo mayor anda asi, atacado con el futbol, piensa y vive el fútbol y lo pasa mal cuando pierde su equipo. El último día cuando perdió su padre le dijo que si realmente quería ser de ese equipo que tenía que lidiar con la desilusión, porque es un equipo que no suele ganar. Pero que este equipo es la ilusión "per sé". Seguro que los que viven en España saben de qué equipo hablo, porque llevamos una temporada buenisima.

Mi hijo mediano, siguiendo a su hermano, también quiere ver los partidos, porque no sabe casi nada, pero solo le pregunta  a su padre y a su hermano durante el partido, lo que hace que mi marido se enfurezca (regla numero 1. para ver futbol: no preguntes, solo grita los goles y salta si quieres, pero no hables ni preguntes, se pierde el hilo). Y claro, un mico de 7 años sin parar de preguntar le altera y mucho.
Pero claro, cuando ve gol (que yo creo que ni se entera), pues también grita, salta en el sofá, da piruetas y el peque pues también: si aquí todos gritan y saltan, hasta papi, ¡pues divirtámonos todos!.

Y yo, desde otra habitación siento el gol, lo siento porque el suelo tiembla.
El caso es que para evitar tanto ruido y malestar con las preguntas, le dije a mi hijo si no preferia ver los dibujos en la cocina. Por supuesto, donde esté Bob Esponja, que se quite los partidos. 
Y asi se distribuye mi casa, partidos para mayores, Bob Esponja o los pingüinos para los pequeños. 

Supongo que dentro de un tiempo, todos verán el futbol y yo me dedicaré a otra cosa, porque de momento el futbol no lo ven todos, pero jugar al futbol si lo hacen todos. Mi marido, que esto de hacer deporte le cuesta un poco, ha vuelto a sus años mozos jugando al futbol con sus hijos, solo que ahora, en vez de recibir patadas de sus colegas, las recibe de su hijo mediano, que aqui no pregunta si es falta, sólo la comete.

martes, 1 de abril de 2014

Mantener la familia a salvo


Resulta curioso que en los tiempos que corren en los que la seguridad en muchos ámbitos se ha convertido en algo cotidiano en lo que apenas prestamos atención (excepto cuando falla), la familia esté en peligro.
Desde que nacemos, los avances han hecho posible la seguridad del bebé y el niño en casa, en el coche y en su medio social sean esenciales. Leches maternales con todas las vitaminas y minerales necesarios para su adecuado crecimiento, artículos para colocar en casa y que los padres puedan estar relativamente tranquilos (chiconeras, tapa-enchufes, verjas, tronas antivuelcos con arnés, y un largo etcétera). En el coche, sillas para cada etapa del crecimiento para que los niños vayan protegidos en caso de accidente, sillitas de paseo con todas las comodidades y los sistemas de protección.
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Todo eso hace que los padres nos sintamos más cómodos en los viajes y en casa, teniendo una relativa tranquilidad. Digo relativa porque parte del crecimiento del niño es que su peor enemigo son ellos mismos: su capacidad de "meterse" en líos está siempre por delante. Mi hijo mayor se tiró un mueble encima del que milagrosamente salió ileso (a mi marido casi le da un infarto pensando que su niño estaba bajo el mueble); el mediano tiró una tele de 90 kilos y cuando oimos el golpe fuimos corriendo a ver y el niño estaba en el sofá a un metro de distancia. Otro milagro que no nos supo explicar porque no hablaba y sólo tenía año y medio. Aun estamos esperando qué hará el pequeño.
Pero todo eso no nos libra ni nos asegura que a nuestros hijos tarde o temprano les pueda sucerder algo. Puede ser trágico (por desgracia en los coches sigue muriendo gente, en los aviones, en las discotecas o por enfermedades, por muertes inesperadas en los más diversos ámbitos) y los padres no podemos protegerlos, o simplemente accidentes menores.
Pero nuestros hijos deben sentirse seguros y protegidos en casa. Cuanto más pequeños son, más seguros deberían sentirse. Los miedos comienzan muy temprano, cuando el niño comienza a ser consciente de la separación de los padres durante un rato, unas horas... Si vuelven, el miedo termina hasta la próxima.
Pero hay veces, cada vez más a menudo, que los padres se separan. Y es complicado que un niño que vea que su papá o su mamá ya no están a su lado siempre esté tranquilo y seguro.
Hay que ser casi un artista para que el niño crezca equilibrado porque es dificil comprenderlo para un niño o adolescente, máximo cuando es tan doloroso para los padres.
A veces se trata con frialdad el tema, o se evita tratarlo. Pero la separación de los padres, implica también de los hijos con uno de los padres, durante un periodo de tiempo demasiado largo para los hijos.
Habría que estudiar en el siglo de la seguridad, cómo hacer que los padres estén seguros en la medida de lo posible que van a estar juntos.
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Cosas que cambian, las nuevas tecnologías.


Cuando no tienes niños, ni eres ama de casa, las utilidades de las nuevas tecnologías son diversas.
Por ejemplo, leer la prensa por internet con la posibilidad de leer varios diarios. Ver una peli, o grabarla en un dvd para poder verla más veces; ¿facebook o cualquier otra red social? para conectarte con tus amigos o conocidos, contarles tu vida o mostrarles tus fotos de tus maravillosos viajes, tus ultimos modelitos o lo genial que ha sido el finde, etc. En realidad a mi no me ha servido nunca para enseñar fotos porque mi marido, como buen informático y conocedor de los entresijos de la red, me tiene terminantemente prohibido poner fotos y como pienso que es algo factible, le hago caso.
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El caso es que todo eso cambia desde que tu estatus cambia.
¿Internet? Ahora lo utilizas para ver qué hacer de cena en dos minutos, qué sintomas tiene la escarlatina por si puede ser eso lo que tenga tu niño, cómo hacer un disfraz de pastorcillo en diez minutos y sin saber apenas coser o ayudar a tu hijo en sus deberes porque no sabes exactamente dónde se encontraba el esternocleidomastoideo, porque en su libro no aparece y tienes que saberlo.
¿El grabador de dvd? Si antes grababas tus peliculas favoritas para volver a verlas, ahora las sigues grabando si, pero para verlas en cuatro o cinco días porque, o bien te quedas dormida, derrotada después del día, o bien te interrumpen tantas veces que ya has perdido el hilo. Por lo general acabas perdiendo el interés antes de que acabe. Y asi haces sitio para grabar sus dibujos animados, que es de lo que está lleno el 95% del disco duro de mi dvd. "Mamiiii graba esto que este capitulo es buenisimo y no lo he visto" "¿Seguro? ¡Si lo he visto hasta yo! Y además...¿si no lo has visto, cómo sabes que es buenísimo". Total, que se lo grabas y además ahí se queda grabado.
Pero lo mejor son las redes sociales. Antes te comunicabas con la gente para recomendar un sitio, añadir un video divertido, una canción, criticar a alguien... Ahora también recomiendas sitios: parques infantiles, restaurantes para ir con niños. Pones videos también, pero de otro tipo: canciones para niños, pelis para niños. Pero sobre todo pides opinión: cómo curar el culito escocido, cómo conseguir que tu niño duerma más de dos horas seguidas o como curar la dichosa escarlatina (el lector notará que acabo de vivirla en casa). Y ahí las otras mamás y papás siempre te ayudan.
Eso si tienes una lista de otros amigos papás y mamás. Si lo que tienes son profesionales que no tienen niños, pensarán que contaminas su vida y te borraran de su lista de contactos hasta que se conviertan en papás y mamás. Entonces no solo te volverán a añadir, sino que tu ya les darás consejo y añadirás eso de.... "no te preocupes yo ya soy una profesional y ahora tu eres el pardillo".
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No grites a tus hijos


Hay por internet una iniciativa que me parece muy interesante. Se llama algo asi como NO GRITES A TUS HIJOS.
Si, los gritos son malos, todos estamos deacuerdo. A mi personalmente me duelen los gritos. Me refiero a físicamente. Me molesta al oido que grite alguien cerca de mi, me da igual que sea conocido o alguien que grite por la calle (de hecho, salto como un resorte con una palabra malsonante interiormente).
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Pero es que lo curioso es que yo grito, y grito mucho y mis gritos no me molestan. ¿Curioso, no?.Y es que en mi casa gritamos todos. Pero yo no gritaba; de hecho mi madre siempre recuerda que siempre me han molestado, ya no los gritos sino que alguien hablase fuerte. Mi marido dice que hablo bajito, que a veces ni se me oye, y yo misma me doy cuenta de que mi tono a veces no se oye. Pero de no oirme, paso a gritar cuando me enfado. Si, si me enfado grito mucho.
De hecho, mi hijo mayor, con su gracia natural me llama a veces "El grito"
Pero es que ultimamente me doy cuenta DE QUE !!TODO EL MUNDO GRITA Y A LO MEJOR ME HE ACOSTUMBRADO A QUE SI NO GRITO NO SE ME OYE!!!!!.
Mi hijo mediano ha traido el grito a casa. Me explico: nos ha costado mucho que hablase. Con la ayuda de sus profes y su profe-logopeda, el niño habla... más bien no calla. Y este año, en su clase, han emprendido el grito como forma de comunicarse. Su profe estaba la mujer desesperada. En su cumple invitamos a sus compañeros a merienda-cena a una hamburguesería y resulta que mi hijo se paso la celebración sentado en la mesa tristón y medio lloroso. Yo le decia que jugase con sus amigos (mi hijo es jugón por naturaleza, le encanta jugar y divertirse y todos sus compañeros de clase son amigos). Él se levantaba, iba con sus amigos y al poco volvia a sentarse alicaído. Le pregunté qué le pasaba y el me preguntaba que cúanto tiempo faltaba para que terminase el cumpleaños.
Al final me dijo "mamiiii es que están gritando todo el ratoooo". Realmente era desagradable oir tanto grito en tan poco metro cuadrado, sobre todo porque eran gritos, carreras y peleas.
Pero de un tiempo a esta parte, debe ser que se ha acostumbrado a gritar, y a contestar a gritos a las peleillas con sus hermanos. Uno chincha, el otro grita. Y el peque, grita también y pega (por si algo ayuda). Asi llevamos todo el verano. Y claro, pues la forma de calmarles es... a gritos.
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Y esta mal gritar. Gritar a los hijos está mal, sobre todo si tienes un sensible y más aún cuando no sirve de nada. Y gritar por la calle, en general, está mal.
Siempre me han dicho que los que menos tienen que decir hablan a gritos. Por eso, debe ser, que gritan tanto en los mítines electorales y se habla tan bajo en las iglesias.
Me uní a la iniciativa de internet, en el que te animaban también a contar los días que pasabas sin gritar a tus hijos. De momento mi contador es 0.
Pero no voy a parar hasta que dejemos de gritar en casa, y como las madres llevamos la voz cantante, vamos a empezar desde ya.
Y os dejo, porque en el salón están mis hijos pegando voces, para no variar.

Resilientes



Hace unas semanas, ante el cansancio de estar escuchando lo que mi hijo mayor considera tragedias en su vida diaria, le espeté un "hijo, a la gente buena les pasan cosas buenas". Mi marido, que pasaba por alli, me corrigió. "No siempre hijo, hay desgracias que le pasan a la gente buena, y tu debes sentirte afortunado con todo lo que te pasa y lo que tienes".
Mi hijo, como suele ocurrir, se mostró en desacuerdo con nosotros, ni la teoría de su padre ni la mía le convencieron en lo más mínimo.
En estos días tristemente me ha venido a la cabeza estas palabras y esta conversación. Una chica a la que conozco, acaba de perder tragicamente a su marido. Con cuatro niños pequeños, su vida ha quedado rota.
No se me va de la cabeza puesto que tiene niños de edades similares a los mios y porque pienso en qué haría yo si me ocurriese algo asi. Seguramente me volvería loca y sería incapaz de seguir adelante.

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Esta chica ha sido y es una de esas personas BUENAS con mayúsculas. Desde pequeña ayudaba a su madre en las tareas de la casa, sacaba muy buenas notas, nunca dió el mayor problema en casa, se caso con un buen chico...¡y además era ama de casa a pesar de tener una carrera universataria!.

Prueba de ello es que en la adolescencia, la etapa chunga por excelencia, en la que todos nos descentramos, fastidiamos mucho intentando encontrar nuestro camino, ella se mantuvo serena, tranquila y haciendo lo que debía hacer, estudiar, ayudar y llevar una vida correcta y ordenada. De hecho mi madre me animaba a hacerme amiga suya (nunca he sabido como diantres se hace uno amigo de otro a la fuerza y por eso, y debido a mi timidez no fui capaz de acercarme a ella).

Me despierto y pienso en cómo estará, la inmensa tristeza que sentirá y cómo será capaz de salir sola adelante (por supuesto con la ayuda de su gran familia y de sus amigos).

Mi madre me estuvo contando, ya que es amiga de su madre, que ella está destrozada, pero que está serena, tranquila y decidida a hacer lo primordial para ella, sacar adelante a sus hijos. Le dijo que ella sabe a ciencia cierta que su marido está en el cielo y que la ayudará a sacar adelante a sus hijos, porque asi lo hacía cuando estaba con ellos.

¡Qué envida ser tan buena persona y estar tan centrada en lo que de verdad importa! y que triste que, efectivamente, a las personas buenas le pasen cosas malas. Creo que la clave está en seguir adelante aún cuando el camino nos ponga un obstaculo tremendo.
Hay muchas vidas rotas que salieron adelante, con más fuerza y tras mucha fortaleza interior y, en la mayoría de los casos, con mucha fe.
Kyle Maynard, Tim Guenard (http://www.resilienciaier.es/resiliencia/testimonios/54-tim-guenard), supervivientes del Holocausto, de un secuestro, personas con discapacidad y por supuesto millones de personas de las que no oiremos hablar.

Hay una fundación llamada LO QUE DE VERDAD IMPORTA, que es una prueba de ello. http://www.loquedeverdadimporta.org/
Y hay otro término, que a mi marido le gusta especialmente, que es resiliencia, que según la psicología es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. Podeis buscar este término en la red y encontrar numerosos artículos.
Sin duda, esta chica, será una resiliente de primera, porque con su fortaleza interior será capaz de salir adelante.
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