martes, 1 de abril de 2014

Mantener la familia a salvo


Resulta curioso que en los tiempos que corren en los que la seguridad en muchos ámbitos se ha convertido en algo cotidiano en lo que apenas prestamos atención (excepto cuando falla), la familia esté en peligro.
Desde que nacemos, los avances han hecho posible la seguridad del bebé y el niño en casa, en el coche y en su medio social sean esenciales. Leches maternales con todas las vitaminas y minerales necesarios para su adecuado crecimiento, artículos para colocar en casa y que los padres puedan estar relativamente tranquilos (chiconeras, tapa-enchufes, verjas, tronas antivuelcos con arnés, y un largo etcétera). En el coche, sillas para cada etapa del crecimiento para que los niños vayan protegidos en caso de accidente, sillitas de paseo con todas las comodidades y los sistemas de protección.
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Todo eso hace que los padres nos sintamos más cómodos en los viajes y en casa, teniendo una relativa tranquilidad. Digo relativa porque parte del crecimiento del niño es que su peor enemigo son ellos mismos: su capacidad de "meterse" en líos está siempre por delante. Mi hijo mayor se tiró un mueble encima del que milagrosamente salió ileso (a mi marido casi le da un infarto pensando que su niño estaba bajo el mueble); el mediano tiró una tele de 90 kilos y cuando oimos el golpe fuimos corriendo a ver y el niño estaba en el sofá a un metro de distancia. Otro milagro que no nos supo explicar porque no hablaba y sólo tenía año y medio. Aun estamos esperando qué hará el pequeño.
Pero todo eso no nos libra ni nos asegura que a nuestros hijos tarde o temprano les pueda sucerder algo. Puede ser trágico (por desgracia en los coches sigue muriendo gente, en los aviones, en las discotecas o por enfermedades, por muertes inesperadas en los más diversos ámbitos) y los padres no podemos protegerlos, o simplemente accidentes menores.
Pero nuestros hijos deben sentirse seguros y protegidos en casa. Cuanto más pequeños son, más seguros deberían sentirse. Los miedos comienzan muy temprano, cuando el niño comienza a ser consciente de la separación de los padres durante un rato, unas horas... Si vuelven, el miedo termina hasta la próxima.
Pero hay veces, cada vez más a menudo, que los padres se separan. Y es complicado que un niño que vea que su papá o su mamá ya no están a su lado siempre esté tranquilo y seguro.
Hay que ser casi un artista para que el niño crezca equilibrado porque es dificil comprenderlo para un niño o adolescente, máximo cuando es tan doloroso para los padres.
A veces se trata con frialdad el tema, o se evita tratarlo. Pero la separación de los padres, implica también de los hijos con uno de los padres, durante un periodo de tiempo demasiado largo para los hijos.
Habría que estudiar en el siglo de la seguridad, cómo hacer que los padres estén seguros en la medida de lo posible que van a estar juntos.
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Cosas que cambian, las nuevas tecnologías.


Cuando no tienes niños, ni eres ama de casa, las utilidades de las nuevas tecnologías son diversas.
Por ejemplo, leer la prensa por internet con la posibilidad de leer varios diarios. Ver una peli, o grabarla en un dvd para poder verla más veces; ¿facebook o cualquier otra red social? para conectarte con tus amigos o conocidos, contarles tu vida o mostrarles tus fotos de tus maravillosos viajes, tus ultimos modelitos o lo genial que ha sido el finde, etc. En realidad a mi no me ha servido nunca para enseñar fotos porque mi marido, como buen informático y conocedor de los entresijos de la red, me tiene terminantemente prohibido poner fotos y como pienso que es algo factible, le hago caso.
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El caso es que todo eso cambia desde que tu estatus cambia.
¿Internet? Ahora lo utilizas para ver qué hacer de cena en dos minutos, qué sintomas tiene la escarlatina por si puede ser eso lo que tenga tu niño, cómo hacer un disfraz de pastorcillo en diez minutos y sin saber apenas coser o ayudar a tu hijo en sus deberes porque no sabes exactamente dónde se encontraba el esternocleidomastoideo, porque en su libro no aparece y tienes que saberlo.
¿El grabador de dvd? Si antes grababas tus peliculas favoritas para volver a verlas, ahora las sigues grabando si, pero para verlas en cuatro o cinco días porque, o bien te quedas dormida, derrotada después del día, o bien te interrumpen tantas veces que ya has perdido el hilo. Por lo general acabas perdiendo el interés antes de que acabe. Y asi haces sitio para grabar sus dibujos animados, que es de lo que está lleno el 95% del disco duro de mi dvd. "Mamiiii graba esto que este capitulo es buenisimo y no lo he visto" "¿Seguro? ¡Si lo he visto hasta yo! Y además...¿si no lo has visto, cómo sabes que es buenísimo". Total, que se lo grabas y además ahí se queda grabado.
Pero lo mejor son las redes sociales. Antes te comunicabas con la gente para recomendar un sitio, añadir un video divertido, una canción, criticar a alguien... Ahora también recomiendas sitios: parques infantiles, restaurantes para ir con niños. Pones videos también, pero de otro tipo: canciones para niños, pelis para niños. Pero sobre todo pides opinión: cómo curar el culito escocido, cómo conseguir que tu niño duerma más de dos horas seguidas o como curar la dichosa escarlatina (el lector notará que acabo de vivirla en casa). Y ahí las otras mamás y papás siempre te ayudan.
Eso si tienes una lista de otros amigos papás y mamás. Si lo que tienes son profesionales que no tienen niños, pensarán que contaminas su vida y te borraran de su lista de contactos hasta que se conviertan en papás y mamás. Entonces no solo te volverán a añadir, sino que tu ya les darás consejo y añadirás eso de.... "no te preocupes yo ya soy una profesional y ahora tu eres el pardillo".
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No grites a tus hijos


Hay por internet una iniciativa que me parece muy interesante. Se llama algo asi como NO GRITES A TUS HIJOS.
Si, los gritos son malos, todos estamos deacuerdo. A mi personalmente me duelen los gritos. Me refiero a físicamente. Me molesta al oido que grite alguien cerca de mi, me da igual que sea conocido o alguien que grite por la calle (de hecho, salto como un resorte con una palabra malsonante interiormente).
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Pero es que lo curioso es que yo grito, y grito mucho y mis gritos no me molestan. ¿Curioso, no?.Y es que en mi casa gritamos todos. Pero yo no gritaba; de hecho mi madre siempre recuerda que siempre me han molestado, ya no los gritos sino que alguien hablase fuerte. Mi marido dice que hablo bajito, que a veces ni se me oye, y yo misma me doy cuenta de que mi tono a veces no se oye. Pero de no oirme, paso a gritar cuando me enfado. Si, si me enfado grito mucho.
De hecho, mi hijo mayor, con su gracia natural me llama a veces "El grito"
Pero es que ultimamente me doy cuenta DE QUE !!TODO EL MUNDO GRITA Y A LO MEJOR ME HE ACOSTUMBRADO A QUE SI NO GRITO NO SE ME OYE!!!!!.
Mi hijo mediano ha traido el grito a casa. Me explico: nos ha costado mucho que hablase. Con la ayuda de sus profes y su profe-logopeda, el niño habla... más bien no calla. Y este año, en su clase, han emprendido el grito como forma de comunicarse. Su profe estaba la mujer desesperada. En su cumple invitamos a sus compañeros a merienda-cena a una hamburguesería y resulta que mi hijo se paso la celebración sentado en la mesa tristón y medio lloroso. Yo le decia que jugase con sus amigos (mi hijo es jugón por naturaleza, le encanta jugar y divertirse y todos sus compañeros de clase son amigos). Él se levantaba, iba con sus amigos y al poco volvia a sentarse alicaído. Le pregunté qué le pasaba y el me preguntaba que cúanto tiempo faltaba para que terminase el cumpleaños.
Al final me dijo "mamiiii es que están gritando todo el ratoooo". Realmente era desagradable oir tanto grito en tan poco metro cuadrado, sobre todo porque eran gritos, carreras y peleas.
Pero de un tiempo a esta parte, debe ser que se ha acostumbrado a gritar, y a contestar a gritos a las peleillas con sus hermanos. Uno chincha, el otro grita. Y el peque, grita también y pega (por si algo ayuda). Asi llevamos todo el verano. Y claro, pues la forma de calmarles es... a gritos.
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Y esta mal gritar. Gritar a los hijos está mal, sobre todo si tienes un sensible y más aún cuando no sirve de nada. Y gritar por la calle, en general, está mal.
Siempre me han dicho que los que menos tienen que decir hablan a gritos. Por eso, debe ser, que gritan tanto en los mítines electorales y se habla tan bajo en las iglesias.
Me uní a la iniciativa de internet, en el que te animaban también a contar los días que pasabas sin gritar a tus hijos. De momento mi contador es 0.
Pero no voy a parar hasta que dejemos de gritar en casa, y como las madres llevamos la voz cantante, vamos a empezar desde ya.
Y os dejo, porque en el salón están mis hijos pegando voces, para no variar.

Resilientes



Hace unas semanas, ante el cansancio de estar escuchando lo que mi hijo mayor considera tragedias en su vida diaria, le espeté un "hijo, a la gente buena les pasan cosas buenas". Mi marido, que pasaba por alli, me corrigió. "No siempre hijo, hay desgracias que le pasan a la gente buena, y tu debes sentirte afortunado con todo lo que te pasa y lo que tienes".
Mi hijo, como suele ocurrir, se mostró en desacuerdo con nosotros, ni la teoría de su padre ni la mía le convencieron en lo más mínimo.
En estos días tristemente me ha venido a la cabeza estas palabras y esta conversación. Una chica a la que conozco, acaba de perder tragicamente a su marido. Con cuatro niños pequeños, su vida ha quedado rota.
No se me va de la cabeza puesto que tiene niños de edades similares a los mios y porque pienso en qué haría yo si me ocurriese algo asi. Seguramente me volvería loca y sería incapaz de seguir adelante.

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Esta chica ha sido y es una de esas personas BUENAS con mayúsculas. Desde pequeña ayudaba a su madre en las tareas de la casa, sacaba muy buenas notas, nunca dió el mayor problema en casa, se caso con un buen chico...¡y además era ama de casa a pesar de tener una carrera universataria!.

Prueba de ello es que en la adolescencia, la etapa chunga por excelencia, en la que todos nos descentramos, fastidiamos mucho intentando encontrar nuestro camino, ella se mantuvo serena, tranquila y haciendo lo que debía hacer, estudiar, ayudar y llevar una vida correcta y ordenada. De hecho mi madre me animaba a hacerme amiga suya (nunca he sabido como diantres se hace uno amigo de otro a la fuerza y por eso, y debido a mi timidez no fui capaz de acercarme a ella).

Me despierto y pienso en cómo estará, la inmensa tristeza que sentirá y cómo será capaz de salir sola adelante (por supuesto con la ayuda de su gran familia y de sus amigos).

Mi madre me estuvo contando, ya que es amiga de su madre, que ella está destrozada, pero que está serena, tranquila y decidida a hacer lo primordial para ella, sacar adelante a sus hijos. Le dijo que ella sabe a ciencia cierta que su marido está en el cielo y que la ayudará a sacar adelante a sus hijos, porque asi lo hacía cuando estaba con ellos.

¡Qué envida ser tan buena persona y estar tan centrada en lo que de verdad importa! y que triste que, efectivamente, a las personas buenas le pasen cosas malas. Creo que la clave está en seguir adelante aún cuando el camino nos ponga un obstaculo tremendo.
Hay muchas vidas rotas que salieron adelante, con más fuerza y tras mucha fortaleza interior y, en la mayoría de los casos, con mucha fe.
Kyle Maynard, Tim Guenard (http://www.resilienciaier.es/resiliencia/testimonios/54-tim-guenard), supervivientes del Holocausto, de un secuestro, personas con discapacidad y por supuesto millones de personas de las que no oiremos hablar.

Hay una fundación llamada LO QUE DE VERDAD IMPORTA, que es una prueba de ello. http://www.loquedeverdadimporta.org/
Y hay otro término, que a mi marido le gusta especialmente, que es resiliencia, que según la psicología es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. Podeis buscar este término en la red y encontrar numerosos artículos.
Sin duda, esta chica, será una resiliente de primera, porque con su fortaleza interior será capaz de salir adelante.
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Un sabio profesor

Mis hijos son encantadores. Son buenos, suelen ser educados, inteligentes, cariñosos... Pero está mal que yo lo diga, soy su madre.
Sin embargo, también tienen sus peculiaridades. Peculiaridades distintas en cada uno, que hacen que crispen a uno los nervios cuando llevan un tiempo largo con ellos. Si no les unen una relación paterno filial es complicado llevarlo, sobre todo a edades tan tempranas en las que si estás a su cargo, no puedes mandarles a dar un paseíto.
Pues bien, este año, por motivos de horarios nos vimos obligado a dejarles al comedor. Con el mayor no creiamos que ibamos a tener problemas, porque aparte de que la comida se la haría yo en casa y tampoco les iba a poner verduras para comer en el comedor (las guardaría para la cena y que asi me monten a mi la marimorena), suele ser un niño bastante obediente y correcto. El problema era mi hijo mediano. Ya durante su infancia nos dió muchos problemas para comer, nos costó Dios y ayuda que comiese sólido. Pero una vez superada esa larga y tortuosa etapa, ahora el problema no era ese.
Mi hijo tiene un "culillo de mal asiento". Si, asi es. El no se sienta a comer sin haber dado mil y una vuelta. Va a lavarse las manos, no sin antes pararse por todas las estancias de la casa, restaurante, local y/o colegio a ver si su mente se disipa con algo, que claro, se disipa. Si es de la cena, hay que recordarle que se tiene que poner las zapatillas, que recojer el baño, la mesa de estudio, sus juguetes... He calculado 20 minutos de media entre que le dices que venga a comer y llegue a la mesa. Eso si le estás avisando. Si no fuese así es probable que apareciese en la mesa con 20 años más y barba a lo tipo "Naúfrago".
Pues bien, en el comedor, él siempre dice que le va bien, que no siempre le da tiempo a acabar.. vamos, lo normal. Su hermano nos cuenta lo que hace, porque le ven mientras espera su turno "mami, pues se va a por agua, se da otro paseito, habla con su profesor, otro paseíto, habla con sus amigos, otro paseíto". Dichosa paciencia la de su santo profesor.

Pero no contentos con eso también tiene otra peculiaridad y es que es despistado. Está con sus pensamientos y este mundo le viene corto. Se abstrae. Ya hablé de él en otro momento, es mi niño el de mundo juguete. Esta semana el lunes me dijo que se le había caído el agua en el puré y claro, se quedó sin puré. Además el pollo no le gustó, asi que se dejó la mitad. El martes, el codo de su jersey se tiró en las lentejas, y tuvo que ayudarle su profesor a ir a limpiarlo: "mamí y es que cuando volví al comedor, ya había acabado mi turno y tuve que acabar rápido". El miércoles no pasó nada (excepto paseitos claro, eso es un clásico). El jueves no me dijo nada, su profesor me dijo que el niño se había quejado de que el arroz estaba soso (claro, ¿como va a estar un arroz blanco sin tomate que el niño no quiere?, pues soso o mega-soso), y que el pavo no quería todo "te lo he guardado, por si lo quiere luego". Por la noche llegó la cena y le dije "Hijo, ¿qué le ha pasado al pavo?" "Es que como se me cayó dos veces el vaso, pues claro, ya estaba muy aguado". ¡Toma ya!, sopa de pavo adobado.
Bueno, con estas le di las gracias por mail al profesor, diciendole que si le servía de consuelo, en casa era igual, pero que si quería, me lo llevaba a casa unos días a comer y asi descansaba de él, que entendía que yo tenía que "soportar" este agite de niño, pero que entendía que fuese pesado para él, porque además tiene 22 niños más.

La respuesta de su profesor me encantó: me dijo que lo llevaba con alegría y que no en todas las profesiones se pueden practicar todas las obras de misericordia.
Me dejó tirada porque las madres si debemos practicarlas, pero las vemos como cargas muchas veces, no como obras de misericordia. De hecho ya ni las recordaba. Pero asi es, y el profesor, sabiamente, las vive con alegría.
Las espirituales son :
Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
Rogar a Dios por los vivos y difuntos.
Las corporales son:
Visitar y cuidar a los enfermos.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Dar posada al peregrino.
Vestir al desnudo.
Redimir al cautivo.
Enterrar a los muertos.






Es algo que deberíamos tener en cuenta todos, cristianos o no, creyentes o no, ateos, agnósticos y sobre todo padres y madres, porque en el fondo, en su mayoría es lo que hacemos los padres.. y algunos profesores, que por desgracia no todos lo hacen con la misma paciencia y alegría. En el caso de su profesor, le he dicho que no practica tanto lo de dar de beber al sediento, al menos, que le aparte el vaso.