miércoles, 8 de abril de 2015

Perdón.


 Pido perdón de antemano por no escribir en tanto tiempo. Como dice mi hijo menor cuando pasa un tiempo y no sabemos qué diantres está haciendo (que no es lo que le hemos mandado que haga) dice "es que me he liado".

 Me he liado con la vida diaria, con el intento infructuoso de cambiar aquellas cosas de mi vida que deben mejorar, algunas trascendentales, otras insignificantes... pero sin éxito todavía. Pero estamos en camino.

 El caso es que aparte de dedicarme las noticias internacionales me tienen con un desasosiego tremendo y sobre todo con mi persistente necesidad de justificar todo. Me refiero a lo ocurrido hace unas semanas en Los Alpes, a las matanzas de cristianos en Irak, a lo que ocurre en el mundo en general. Creo que en algunos momentos es como para decir aquello que nuestra adorable Mafalda decía  "paren el mundo que me quiero bajar". 
Antes se decía aquello de qué mundo dejaremos a nuestros hijos. Pero es que yo lo que creo es que el mundo que estamos viviendo no es un futuro más o menos cercano. Es que ya empieza a dar miedo en lo que se está convirtiendo el mundo. Pero luego hablo con mis hijos, con mis hermanos, con mi madre, con mi marido, con las profes de mis niños... y digo eso de "venga, que todo va bien".



Si, es malo ver muchas noticias cuando ocurren hechos monstruosos. Un hombre mata a x personas porque su futuro se tambaleaba. Pero no se suicida, hecho en sí mismo, muy cobarde. No. Mata a gente que no quería morir, que tenía una vida. Frustración. ¡Qué importante es gestionar la frustración desde que somos niños!. La vida no se dibuja, se modela. Se modela con lo que vamos viendo. Siempre tiene que haber un plan B, y si no, te lo buscas. No podemos jugar todas las cartas a una, porque no sabemos por dónde irá nuestro camino.
Nuestros niños comienzan con sus pequeñas frustraciones desde muy temprano, se les cae el chupe, quema el biberón, no les damos un juguete, otro niño se lo quita, toca acostarse, toca bañarse, ahora no puedes comer chocolate.. Y las primeras 4000000 veces cuesta gestionar ese "sufrimiento". ¡Si sigue costando cuando somos adultos!. Si una enfermedad, una separación, una muerte cercana, un despido, un embargo... todo eso son frustraciones, planes truncados que hemos de resolver. Y además resolver bien. No vale eludirlo, seguir sin haberlo resuelto.

Espero que mis hijos sigan creciendo como hasta ahora con alegría, salud, inquietud, respeto hacia los demás, grandes ideales y grandes ilusiones, pero les decimos a menudo que "no pasa nada" se intentan con más fuerzas o se cambia el plan. Pero "no pasa nada". 
Claro, a veces ellos lo utilizan a su conveniencia, como cuando mi hijo pequeño vino con su manita manchada de caca (lo siento, es asi de escatológica la vida de los padres, ya sabeis) y me dijo "mamiiiii me ha salido caquita y me la he tocado, pero no pasaaa nadaaaa". (y encima me lo reforzaba con la otra mano como en plan un poco amenazante, como diciendo, "como ahora me regañes, no cumples tu palabra"). Y me tuve que aguantar con el niño, la mano, la ducha que le tuve que dar nada más llegar del cole y su carita, que era un poema.